Un balde de pop-corn, un vaso de Coca Cola bien fría, y por qué no, un pan con hotdog. Una costumbre tan gringa como nuestra cartelera. Y no está mal, por algo las salas de cine son un gran negocio. Encontrar una cartelera llena de películas “para no pensar” me hizo (des)conocer algunas respuestas. 

Realicé una breve encuesta entre mis contactos, sé que no es una gran muestra, pero estoy seguro de que si hacen el mismo ejercicio obtendrán resultados muy parecidos.

Al preguntar por películas como “Rambo”, “El patriota”, “La caída del halcón negro”, “Puentes de Espías”, todos las habían visto, sabían de qué trataban, el nombre del actor, director, año de estreno, hasta lo que recaudó la taquilla.

Al hacer lo mismo con “Paloma de papel”, “La boca del lobo”, “Coraje”, muy pocos contactos sabían de qué les hablaba, otros solo se justificaban por no saber, y a la mayoría les daba igual. “Es una película peruana, ¿no?”, preguntaban algunos.

Los cineastas, Héctor Gálvez con “NN: Sin identidad” y Alejandro Legasti con “La última noticia”, nos cuentan una realidad que ignoramos, una realidad tan cerca a nuestros ojos que nos nubla la visión, una realidad que camina a nuestro lado sin poder o sin querer verla, una realidad que (des)conocemos.

Una realidad en la cual los personajes utilizan todos los medios que tienen a su disposición, se ven maltratados por una sociedad conformista, con memoria selectiva, imprudente, pendeja, una sociedad donde si pones resistencia te golpea tan fuerte hasta que sedes ante ella, una sociedad qué si no logras adaptarte, te expectora.

Este tipo de películas no deben estar solo en “cines fichos”, sino llevarlos a la mayor cantidad de salas del país. Darle a la sociedad una opción más, porque cada persona que la ve tiene la oportunidad de conocer parte de nuestra historia. Luego no nos indignemos cuando los universitarios confundan a Abimael Guzmán con un actor de cine.

Trailer "La última noticia"

Trailer "NN: sin identidad"